Síntomas y daños
La larva de la oruga del clavel (Cacoecimorpha pronubana) se alimentan en el haz, produciendo agujeros. En el tercer estadio larvario, toda la hoja resulta atacada y cubierta de una densa masa de seda. La larva se esconde en las hojas enrolladas, las yemas apicales o flores, que han juntado con hilos de seda.
Al alimentarse, las orugas del clavel (Cacoecimorpha pronubana) dañan las yemas florales, los frutos y las hojas. Las larvas penetran las yemas. La seda larvaria puede pegar los pétalos entre sí, debido a lo cual las flores no se pueden abrir y se caracterizan por su aspecto hinchado. En algunos casos, puede que no se vea que las flores están infestadas. Esta especie es particularmente problemática en el cultivo protegido del clavel y la fresa; el daño ocasionado en las fresas y otros cultivos al aire libre es menos grave.