Síntomas y daños
Al alimentarse, la psila del peral provoca inhibición del crecimiento y malformación de hojas y frutos. Las infestaciones graves pueden provocar la caída prematura de las hojas y de los frutos. Las flores atacadas por las ninfas de primera generación se vuelven marrones y mueren. La alimentación más adelante en la temporada puede afectar a la cosecha de año posterior al debilitar o matar las yemas de frutos.
Las psilas de peral segregan grandes cantidades de melaza, sobre la cual suele desarrollarse negrilla cubriendo los brotes, hojas y frutos en desarrollo con una capa negra y pegajosa.