Aspectos generales
Desde el inicio de la invasión en 2008/2009, la drosófila de alas manchadas, que es originaria de Asia, se ha extendido ampliamente por América y Europa, donde ha causado importantes pérdidas de cosechas en muchos cultivos de bayas, cerezas y uvas.
Ciclo de vida y aspecto de la drosófila de alas manchadas
Las drosófilas de alas manchadas adultas son pequeñas, 2-3 mm de largo, y tienen una envergadura alar de 6-8 mm. Los machos son más pequeños que las hembras. Se distinguen fácilmente de los machos de otras especies de Drosophila o de las hembras de drosófila de alas manchadas por el punto grande y negro que se observa en cada ala. Las hembras tienen un ovipositor resistente y parecido a una sierra y que se utiliza para penetrar la piel de la fruta huésped y poner huevos en la misma. Los huevos son blancos y miden 0.6 de largo y 0.2 mm de ancho. Los huevos tienen dos tubos respiratorios que sobresalen del fruto. Se distinguen tres estadios larvales y en el tercero las larvas miden unos 3.9 mm de largo. Las pupas de Drosophila suzukii son de color castaño bronceado y miden 3 mm de largo.
A diferencia de otras especies de Drosophila, las hembras de D. suzukii ponen sus huevos en frutas sanas e inmaduras. El desarrollo larvario tiene lugar dentro de la fruta. Las larvas pupan total o parcialmente en la fruta o fuera de esta en el suelo.
Síntomas y daños
Tras la oviposición, los tubos respiratorios sobresalen del fruto pero son difíciles de ver. Las larvas consumen las frutas y provocan el colapso del tejido de los frutos. Incluso aunque las frutas no se hayan hundido, la presencia de las larvas impide su comercialización. Las perforaciones provocadas por la oviposición de D. suzukii exponen los frutos a patógenos secundarios (ej. bacterias, hongos y levaduras). Por último, el deterioro de la fruta puede aumentar su susceptibilidad a ser atacada por otras especies de Drosophila. D. suzukii tiene una amplia gama de huéspedes, siendo las bayas de piel fina (ej. frambuesa, mora, arándano, fresa) y las frutas de hueso (ej. cereza, ciruela) especialmente susceptibles a una infestación.