Llevar a cabo correctamente los protocolos de control biológico recomendados para melón y sandía evita la transferencia de plagas al próximo cultivo de invierno y ayuda en gran medida a que los productores inicien la próxima campaña agrícola (2016/17) con unos niveles óptimos de sanidad vegetal en sus cultivos. La experiencia en campo ya ha demostrado fehacientemente que el mantenimiento del control biológico en los cultivos de primavera es imprescindible para cortar el ciclo vital de los insectos transmisores de enfermedades a las plantas y prevenir daños más graves en el futuro.
Koppert recomienda especialmente que se cumplan siempre las dosis recomendadas por los asesores técnicos de campo y que no se interrumpan en ningún momento los protocolos de control biológico, para garantizar que en el cultivo siempre permanece una población residual de enemigos naturales que desempeñan la importante función de barrera biológica, impidiendo la reproducción y multiplicación de las plagas. En general, es aconsejable que el productor asuma los protocolos de control biológico como una rutina obligatoria mantenida durante toda la campaña, ajustando la intensidad de las sueltas de insectos beneficiosos a las condiciones particulares de cada cultivo y al nivel de plaga.
Del mismo modo, se desaconseja la realización de tratamientos agresivos que puedan dificultar la instalación de los enemigos naturales. Por ello, es importante que el productor tenga siempre en cuenta la utilización de productos que sean compatibles con los insectos beneficiosos, en caso de ser necesaria la realización de algún tratamiento que complemente a las sueltas selectivas de enemigos naturales. No obstante, Koppert recuerda que el reglamento andaluz de Producción Integrada en cultivos hortícolas protegidos establece la obligatoriedad de priorizar las técnicas de control biológico sobre las químicas.
Mejor calidad en sandía
El cultivo de sandía es un buen ejemplo para demostrar la eficacia del control biológico. El uso de colmenas para polinizar la sandía impide la utilización de acaricidas y de insecticidas químicos para luchar contra la plaga de araña roja, porque son demasiado agresivos y además afectan a los polinizadores. Sin embargo, el productor está obligado a combatir esa plaga porque ocasiona daños en fruto, con la consecuente pérdida de calidad en la cosecha. El control biológico ya ofrece soluciones naturales para el control eficaz de esta plaga, que son además perfectamente compatibles con los polinizadores naturales. En sandía también es importante realizar sueltas de Amblyseius swirskii nada más retirar la manta térmica. En el cultivo de melón, es importante no hacer ningún tratamiento agresivo que impida el establecimiento de Amblyseius swirskii.
Melón y sandía son los dos cultivos más importantes en el ciclo de primavera de la agricultura protegida en zonas como Almería y la costa de Granada. En ambas producciones se aconseja algún espolvoreo con azufre, complementado con la colocación de placas adhesivas y barreras físicas para impedir la entrada de mosca blanca y trips en la finca, especialmente al principio del ciclo de cultivo.