Síntomas y daños
De todos los pulgones, el del melocotonero (Myzus persicae subsp. persicae) es el vector más importante de enfermedades virales. Puede transmitir como mínimo 100 virus distintos y, por eso, muchos agricultores lo temen con razón.
Las ninfas y adultos extraen nutrientes de la planta y perturban el equilibrio de las hormonas de crecimiento. Como resultado, el crecimiento de la planta se ralentiza, provocando la deformación de las hojas o, si la infestación se produce suficientemente pronto en la temporada, la necrosis de las plantas jóvenes. El retraso en el crecimiento y la defoliación disminuyen la cosecha.
La savia es rica en azúcares, pero tiene un bajo contenido de proteínas. Por eso, los pulgones deben extraer grandes cantidades de savia para obtener suficiente proteínas. El exceso de azúcar se segrega en forma de melaza, debido a lo cual el cultivo y su fruto se vuelven pegajosos. Un moho negro (Cladosporium spp.) se desarrolla sobre esta melaza, contaminando los cultivos de frutas y plantas ornamentales e impidiendo su comercialización. Al mismo tiempo, se disminuye la fotosíntesis en las hojas, afectando la producción.
La saliva del pulgón puede provocar reacciones “alérgicas” graves, como la malformación de las yemas apicales.