Koppert recomienda usar especies autóctonas que florezcan antes de sembrar el cultivo
Garantizar dentro y fuera del invernadero la existencia de suficientes refugios naturales para los enemigos naturales del pulgón es una de las acciones imprescindibles para desarrollar con éxito la estrategia de control biológico contra esta plaga. Tanto los setos vegetales que se colocan exteriormente en el perímetro de la finca como las plantas reservorios en el interior del invernadero desempeñan un importante papel, especialmente cuando se trata de disponer de suficientes depredadores naturales del pulgón durante todo el ciclo del cultivo.
Para la creación de estos reservorios vegetales de depredadores naturales del pulgón es importante elegir adecuadamente las especies vegetales a plantar en cada caso. La amplia experiencia en campo desarrollada por Koppert ha demostrado que la mejor estrategia se basa en elegir siempre especies vegetales autóctonas, capaces de florecer antes de la siembra del cultivo comercial.
Además, las especies vegetales a elegir nunca podrán ser reservorios de virus. En cuanto a la colocación, es adecuado que los setos exteriores cubran todo el perímetro del invernadero, a la vez que las plantas reservorio deben distribuirse por todo el interior, reforzando el marco de plantación especialmente en bandas y pasillos.
Supervivencia de los depredadores
La escasez de setos vegetales y reservorios es una de las causas que está impulsando el crecimiento del pulgón en zonas como Almería y la costa de Granada. “Los depredadores naturales del pulgón necesitan polen para ser fértiles y poder reproducirse, a la vez que necesitan néctar para poder moverse y ser activos”, explica Julián Giner, director técnico de Koppert en Almería, quien recuerda que “ningún depredador come pulgón en estado adulto, salvo los coccinélidos (mariquitas) y el Orius majusculus”.
La ausencia de setos vegetales y reservorios reduce enormemente las posibilidades de supervivencia de los depredadores naturales del pulgón, especialmente cuando el cultivo comercial no les ofrece ni el polen ni el néctar que necesitan para reproducirse. “Si no pueden reproducirse no aparecen larvas, que son las que depredan, y el pulgón campa a sus anchas”, aclara Julián Giner.
Comenzar antes de la siembra
Para tener éxito, la estrategia de control biológico del pulgón debe comenzar antes de sembrar el cultivo comercial. “Existe la falsa creencia de que el control biológico no funciona, pero la realidad es que en muchos casos se recurre al control biológico cuando ya es demasiado tarde. Hay que empezar a tiempo y sabiendo lo que se hace”, destaca el director técnico de Koppert en Almería, quien asegura que es imprescindible mantener la continuidad del control biológico durante toda la campaña. “El control biológico funciona y es eficaz, pero no se puede actuar por impulso sin una planificación técnica adecuada”, remarca Julián Giner.
La plaga del pulgón es una de las que mas preocupan actualmente a los productores de la zona de Almería. Su rápido crecimiento se debe a que la plaga ha generado resistencias a los plaguicidas químicos autorizados. Como las hembras de pulgón son vivíparas, pueden generar clones sin necesidad de machos. Estos clones son genéticamente iguales, por lo que heredan de la madre la resistencia a plaguicidas.
Las altas temperaturas no hacen más que agravar el problema de la baja eficacia de los plaguicidas. Con temperaturas diurnas en torno a los 28 ºC, una hembra de pulgón puede generar de 3 a 10 crías cada día. En las mismas condiciones, cada 5 días aparece una nueva generación de pulgón.
Actualmente, el control biológico se convierte en la única herramienta capaz de controlar la plaga porque el uso de enemigos naturales no genera resistencias. El departamento técnico de Koppert ha iniciado un ciclo de charlas informativas dirigidas a productores y técnicos para aconsejar sobre el correcto uso de la estrategia de control biológico y mantener a raya esta plaga que afecta especialmente a llos invernaderos donde se cultivan cucurbitáceas y pimiento.