Aspectos generales
La capua de los frutales (Adoxophyes orana) es una plaga grave en manzana, pera, albaricoque, cereza, melocotón, ciruela y otros árboles frutales.
Ciclo de vida y aspecto de la capua de los frutales
La capua de los frutales (Adoxophyes orana) tiene dos generaciones al año, pero si las condiciones son favorables se puede dar una tercera. Los adultos aparecen de finales de mayo y junio para la primera generación, de julio a septiembre para la segunda y en octubre para la tercera. Su horario de vuelo depende de la latitud y del clima.
Las hembras ponen huevos en grupos de hasta 150 huevos, principalmente en las hojas, Las larvas del primer estadio emergen en 8-20 días y se alimentan debajo de una red de seda en el envés de las hojas. Los estadios posteriores se alimentan dentro de hojas enrolladas o redes de seda sobre los frutos y se alimentan en la superficie de los frutos. Las larvas pasan por cinco estadios y la pupación tiene lugar en el último nido de la larva. El segundo o tercer estadio larval de la última generación hiberna hasta la primavera y se desarrolla totalmente alimentándose de yemas y hojas jóvenes.
Las hembras adultas tienen una envergadura alar de 18-22 mm. Las alas delanteras son de un color entre marrón grisáceo y marrón anaranjado con marcas negras y a menudo reticuladas; las alas traseras son grises. Los machos adultos son algo más pequeños y tienen unas alas delanteras con marcas más características. Los huevos son de color amarillo limón. Las larvas pueden llegar a medir 20 mm de largo, son de color verde amarillento, verde oliva o verde oscuro con una cabeza de color ocre y las pupas miden 10-11 mm de largo y son de color marrón oscuro.
Síntomas y daños
Las larvas que se alimentan de las frutas maduras, sobre todo manzana y pera, eliminan la piel y raspan la carne formando manchas irregulares y grandes. Estas áreas adquieren un color óxido y uniforme y los frutos dejan de poder comercializarse. Los daños en la superficie de las ciruelas en desarrollo pueden provocar una considerable exudación, debido a lo cual los frutos ya no se pueden comercializar.
Los daños a las hojas no suelen ser importantes, pero en la primavera se puede llegar a perder una cantidad significativa de yemas.