Aspectos generales
Tal y como implica su nombre, la araña roja de los frutales, Panonychus ulmi, es sobre todo una plaga en árboles frutales (manzano, peral, ciruelo y cerezo). Sin embargo, puede atacar una amplia gama de plantas leñosas y ocasionalmente supone un problema en rosas y otras plantas ornamentales de la familia Rosaceae que crecen en invernaderos. Es originaria de Europa, pero ahora se ha propagado a todas las zonas de cultivo de manzano importantes del mundo.
Ciclo de vida y aspecto de la araña roja de los frutales
La araña roja de los frutales se alimenta sobre todo en el envés de las hojas pero si esta se sobresatura se desplaza al haz. Al contrario de la araña roja, Tetranychus urticae, no produce grandes cantidades de redes de seda. Los huevos miden unos 0.15 mm de diámetro, son de color rojo oscuro y ovalados con pequeños rebordes longitudinales y un pequeño peciolo en la parte superior. Se parecen un poco a una cebolla. Las hembras adultas miden unos 0.4 mm de largo, son de color rojo ladrillo y tienen forma ovalada con quetas blancas en su dorso y manchas blancas (tubérculos) en la base de las quetas; los machos miden unos 0.3 mm de largo, son de color rojo amarillento y más delgados y estrechos en el extremo posterior.
El desarrollo de huevo a adulto es más rápido a temperaturas más altas y dura aproximadamente dos semanas a 21°C y, por eso, pueden haber varias generaciones en un mismo año. La araña roja de los frutales hiberna en forma de huevo; los “huevos de invierno” se ponen en las partes leñosas de las plantas hospedadoras en otoño.
Síntomas y daños
Al alimentarse de las hojas de los árboles, la araña roja de los frutales causa inicialmente manchas marrones en las hojas, que al fusionarse hacen que las hojas pierdan color, esto también se denomina bronceado. Si la infestación es grave, las hojas se pueden caer.