Aspectos generales
La mosca mediterránea de la fruta (Ceratitis capitata) está ampliamente distribuida en África, la cuenca mediterránea y Sudamérica. Ceratitis capitata es una especie muy polífaga cuyas larvas se desarrollan en una amplia gama de frutas no relacionadas, de hecho en prácticamente todos los cultivos de árboles frutales. También se ha observado en hospedadoras silvestres de un gran número de familias.
Ciclo de vida y aspecto de la mosca mediterránea de la fruta
La mosca mediterránea de la fruta mide unos 4-5 mm de largo. Tiene unos ojos verde esmeralda brillantes impregnados de marrón rojizo. El tórax es negro impregnado de amarillo grisáceo y el abdomen es sobre todo naranja amarillento con 2 bandas transversales plateadas. Las alas son claras con venas negras y con puntos negros y parches de color amarillo parduzco. Los huevos miden alrededor de 1 mm de largo y son casi fusiformes. Las larvas miden hasta 8 mm de largo, son de color blanco translúcido y al terminar de comer son de color blanco crema sucio. En su boca tienen unos ganchos visibles y negros. El pupario mide 4-5 mm de largo, tiene un color de marrón amarillento a rojo parduzco y tiene forma de barril.
Los huevos se ponen debajo de la piel de la fruta hospedadora. Tras emerger, las larvas se alimentan de la pulpa del fruto. Debido a que cada mosca pone varios huevos en un fruto y distintas moscas pueden poner huevos en el mismo fruto, el número de larvas por fruto puede ser muy elevado. Tras unos 6-11 días, se han desarrollado completamente y abandonan el fruto para pupar en el suelo.
C. capitata no sobrevive temperaturas por debajo de los cero grados. Se denomina mediterránea debido al área en la que sobrevive en Europa y el norte de África (coincidiendo virtualmente con el área en la que crecen los cítricos)
Síntomas y daños
El agujero de oviposición suele estar rodeado de una zona hundida y decolorada. Estas perforaciones suelen bastar para que los frutos de calidad suprema no sean comercializables. Los daños causados por las larvas en la carne al alimentarse deterioran totalmente los frutos. Los frutos dañados suelen ser invadidos por hongos patógenos que causan su pudrición.