Aspectos generales
La polilla del tomate (Tuta absoluta) pertenece a la familia Gelechiidae y es una plaga importante en los cultivos de tomate protegido y al aire libre. Es polífaga, alimentándose sobre todo de especies de solanáceas. Su hospedador principal es el tomate, pero también se alimenta de otras solanáceas como patata, berenjena, pimiento y tabaco, así como de malas hierbas, como Datura stramonium, Lycium chilense y Solanum nigrum.
Ciclo de vida y aspecto de la polilla del tomate
La polilla del tomate (Tuta absoluta) adulta pone unos 260 huevos. Los huevos son cilíndricos. Su color varía del blanco crema al amarillo brillante, oscureciéndose en la fase embriónica hasta ser casi negros antes de la eclosión.
Las larvas de primer estadio son blanquecinas a amarillentas al emerger. Practican galerías dentro de las hojas, los tallos y los frutos. En los estadios segundo a cuarto, se vuelven de color verde con una banda negra detrás de la cabeza.
Las prepupas de la polilla del tomate (Tuta absoluta) son de color más claro que las larvas que comen y tienen un característico color rosa en la superficie dorsal. Los gusanos se aventuran temporalmente al exterior de las galerías de las hojas o frutos.
La transformación a pupa tiene lugar en el suelo, sobre la superficie de la hoja, en una hoja doblada o en una galería. Si abandonan las galerías, crean capullos de seda en las hojas o en el suelo, pero, si la pupación ocurre en las galerías o frutos, las prepupas no los construirán. Las pupas empiezan siendo de color verdoso y cambian a castaño y marrón oscuro poco antes de la emergencia del adulto.
Las polillas del tomate (Tuta absoluta) adultas son de color marrón grisáceo con antenas filiformes, que alternan segmentos claros y oscuros y palpos labiales recurvados, que están bien desarrollados. En las alas delanteras se observan manchas negras. Los adultos son nocturnos y suelen ocultarse entre las hojas durante el día.
Síntomas y daños
El síntoma más característico de la polilla del tomate (Tuta absoluta) son las galerías en forma de manchas en las hojas. Las orugas prefieren las hojas y los tallos, pero también se observan debajo de la parte apical del fruto e incluso en su interior. En las hojas, las larvas solo se alimentan de los tejidos del mesófilo, dejando la epidermis intacta. Las frutas pueden ser atacadas tan pronto se formen, pero las larvas solo se alimentan de frutos verdes. En caso de infestación grave, las hojas se mueren completamente. Las galerías realizadas por las orugas provocan malformaciones Los daños en los frutos facilitan que las enfermedades criptogámicas penetren en su interior, provocando su putrefacción durante o después de la cosecha.