Aspectos generales
El pulgón lanígero, Eriosoma lanigerum, es una plaga mundial y grave del manzano. Su origen se sitúa probablemente en Norteamérica y se ha propagado a otras partes del mundo sobre todo a través de portainjertos de manzano infectados. También se puede encontrar ocasionalmente en peral, membrillero y otras rosáceas leñosas.
Ciclo de vida y aspecto del pulgón lanígero
Al contrario que otros pulgones, el ciclo de vida y la supervivencia de un año a otro del pulgón lanígero del manzano depende totalmente de las formas no aladas, partenogenéticas y vivíparas. A veces se producen unas cuantas hembras no aladas y ponedoras de huevos en otoño, pero sus huevos no se desarrollan más.
Las hembras adultas vivíparas (no aladas) del pulgón lanígero miden 1.2-2.6 mm de largo, tienen un color marrón púrpura y están cubiertas por grandes cantidades de cera blanca y harinosa. Los sifones se parecen a poros y la cauda es pequeña.
Eriosoma lanigerum hiberna en forma de ninfas “desnudas” (sin capa de cera) en manzanos, resguardándose en grietas y bajo corteza suelta. Las ninfas se vuelven activas a finales de marzo o abril (en el hemisferio norte) y a finales de mayo se pueden observar grandes colonias cubiertas por un “algodón” blanco, pegajoso y visible, sobre todo en los brotes y ramas.
Durante los meses de verano se desarrollan numerosas generaciones, incluso en partes nuevas. Los brotes adventicios que salen del tronco o las ramas principales suelen resultar afectados. Los pulgones se propagan sobre todo a través de las ninfas jóvenes y
no aladas que se arrastran o son desplazadas por el viento de un árbol a otro. A veces se producen algunos pulgones alados en verano.
Las hembras aladas y ponedoras de huevos se producen a principios del otoño, pero sus huevos no se desarrollan.
Al contrario de lo que sucede en América, Sudáfrica y Australia, en Europa los pulgones algodonosos no infestan las raíces (excepto en situaciones ocasionales cuando ocurren encima del suelo) ni la base subterránea del tronco.
Síntomas y daños
En la madera afectada se suelen formar agallas, que pueden deformar seriamente los árboles jóvenes y las plantas de vívero. Al abrirse las agallas, se facilita la entrada de hongos patógenos como Gloeosporium rots o úlceras. El pulgón lanígero provoca daños directos leves en los árboles maduros, pero las masas de lana pegajosa pueden contaminar las hojas y frutos y pueden ser molestosas durante la cosecha.